Quien al leer el título de esta entrada piense que conoce la procedencia de este producto no puede estar más equivocado. No es inglés. Ni siquiera es europeo.
De todos modos, alguien más avispado que yo, ya se dio cuenta de un pequeño detalle que impedía ubicar estos toffees dentro de la producción inglesa. En la bolsa aparece un simpático señor con falda escocesa, quien a pesar de ser británico, no creemos que se considere inglés. Es como si para anunciar un producto bilbaíno se utilizara la imagen de la playa de la Concha o una patata alavesa.
Estos caramelos son blanditos, no tanto como un susgus o un chicle, y saben a caramelo líquido mezclado con nata (vamos, lo que es un caramelo estilo toffee de toda la vida). Los hay con sabor a almendra, coco y toffee simple.
El país que los produce orgullosamente y los incluye dentro de los productos considerados "típicos" es ni más ni menos que... ¡Chile! Y es que al parecer, estos dulces son tan populares allí como pueden serlo en algunos países angloparlantes.
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